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domingo, 30 de enero de 2011

Los seguros de vida…El más allá después de la muerte

Desde el comienzo de todos los tiempos, el ser humano tiene obsesión por un tema: La muerte. Es curioso que en todas las religiones y culturas se habla de hacer el bien para ser premiado con una vida en un hipotético “cielo” una vez muramos, o en una reencarnación en una vida mejor si hacemos el bien.

Al ser humano no le queda más remedio que esperar al citado día ya que no hay nada que se pueda hacer…, un día existes, y al día siguiente ya no, pero claro, ¿y la gente que se queda?. Vaya, entonces uno se plantea, “bueno he venido a vivir dos días, así que voy a disfrutarlos, pero claro si uno falta, ¿quién va a mantener a mi familia?”. Pues bien, aquí interviene y permitidme el símil, “la religión de las finanzas”: Pagando un pequeño precio, te aseguras estabilidad económica después de la muerte…Una especie de cielo para tu familia, “Los seguros de vida”.

Pues bien, resulta que pagando unas cantidades periódicas uno se asegura un finiquito después de su muerte…o incluso por superviviencia, ¡Menudo invento!. Veámos los distintos tipos:

• El seguro de vida puede cubrir el riesgo del fallecimiento, es decir, en este caso después de de fallecer, los beneficiarios cobrarán la póliza.
• También puede cubrir el “riesgo” de la supervivencia, es decir, la aseguradora pagará el importe si llegado el plazo de vencimiento, la persona vive.
• Hay una tercera modalidad que es una mezcla de las anteriores.

Asimismo hay una forma distinta de pagar las cuotas, por ejemplo tenemos las primas niveladas en las que se paga una misma cantidad durante toda la póliza, interesante por el sentido que al final del pago de la póliza, la prima supondrá una carga menor que al principio. Después tenemos unas primas renovables, que se irán renovando según los períodos estipulados. También hay pólizas a término decreciente, muy usados para las hipotecas, o el a importe a término creciente.

Para calcular los importes de las primas las aseguradoras tienen en cuenta muchos aspectos personales del tomador del seguro, por ejemplo es curioso saber que la prima que le será cobrada a un fumador es mayor que aquel que no lo es, esto es un punto más a favor para aquellos fumadores que estén intentado dejar el vicio, ahorrarán dinero en las cajetillas de tabaco y en su prima mensual del seguro de vida, ¡Todo ventajas!. Asimismo la prima de una mujer también es más barata debido a la mayor longevidad de las mujeres.

Viendo todos estos aspectos, hay mucho que decidir antes de pensarse el hacerse un seguro de vida ya que hay varias opciones que elegir. Añadir además que no es una decisión el de hacerse un seguro de vida por hacérselo. Generalmente el planteamiento de este tipo de seguros viene cuando la familia depende económicamente de unos de los miembros y en caso de fallecimiento de éste o en caso de enfermedad grave, la familia no pueda subsistir sin el apoyo económico de este familiar, sobre todo cuando tenemos niños a nuestro cargo.

Una vez llegado el día “D”, los beneficiarios del seguro deciden si recibirán la cantidad de la póliza en una sola cantidad, o si la recibirá en varios pagos.

Dicho todo esto, parece muy interesante estos, los llamados seguros de vida, por lo que parece recomendable que todos a cierta edad y con ciertas responsabilidades, tomáramos la decisión de hacernos este seguro “por si acaso”, como esos miles de“ por si acasos”, que metemos las mujeres en las maletas cuando nos vamos de viaje y que luego solo sirven para que te disloques el hombre intentado subir tu maleta de 25 kilos sobre la cinta de facturación de la compañía aérea…¿hasta dónde es rentable hacerse este tipo de seguros?. 

Para que un seguro nos sea rentable debemos pensar que tenemos que tener unas circunstancias personales que en caso de nuestra muerte dejemos cierta estabilidad a nuestra familia, pero claro, según pasa el tiempo y llevamos innumerables mensualidades pagadas, nuestros hijos crecen y son independientes económicamente nos asalta la duda, de ¿y para qué hecho yo esto?, o incluso gente mayor, a las que las primas les asfixian según sube la prima creciente.

Por todo esto hay que calibrar muy bien hasta donde es rentable el hipotecarse con este tipo de seguros por el “por si acaso”, ya que puede llegar un momento en que no nos interese continuar. Por esto hay que tener en cuenta que la póliza que contratemos, tenga una cláusula de rescate para que podamos recuperar el dinero invertido.

Hay que decidir muy bien por la póliza conveniente a nuestras necesidades, ya que en ciertas circunstancias, pagar una prima por que sí es meterla en un saco rato o incluso ciertos tipos de pólizas pueden ser una ratonera en el sentido económico, soltar, soltar y soltar dinero para nada.

El otro día leyendo el ABC Empresa, encontré un comentario sobre estos seguros de vida en comparación con el boom de las hipotecas (para el que le interese el tema ahí va el link http://www.abc.es/empresa/noticia.asp?empresa=2388) , es decir, hubo un momento en que a todo el mundo se le concedía una hipoteca y se hacía negocio hipotecando pues ahora parece que el negocio es asegurar a todo el mundo y que las personas “valen más muertas que vivas” (cito textual según reza el artículo), y las consecuencias que tendrá en el hipotético caso en que al igual que el momento del desmoronamiento de la burbuja, se pueda llegar a la ruptura de la burbuja de los seguros de vida, y cuando llegue el famoso día “D” todo el mundo exija el cobro de su póliza.

En fin, complicado decidir si nos encontramos ante un timo financiero o ante una pequeña paradoja al refrán de “en esta vida todo tiene solución excepto la muerte”. No sé si será una solución, pero al menos sí un pequeño alivio financiero para los que se quedan en este mundo.